Palabras clave: abusos sexuales, infancia, consecuencias
Referencia: E. Echeburúa
et al. (2006): Secuelas emocionales en víctimas de abuso sexual en la infancia.
Cuad Med Forense, 12(43-44),
Enero-Abril 2006
1.-
¿Qué es el abuso sexual?
El abuso sexual de menores se
refiere a cualquier conducta sexual mantenida entre un adulto y un menor.
Además, implica coacción (obligación) implícita o explícita. Es decir, lo
importante es que hay una falta de consentimiento por parte de la persona que
la padece. Las conductas abusivas, que
no suelen limitarse a actos aislados, pueden incluir un contacto físico
(genital, anal o bucal) o suponer una utilización del menor como objeto de
estimulación sexual del agresor (exhibicionismo o proyección de películas
pornográficas).
2.- Datos sobre el abuso sexual en la infancia
En una encuesta
en Estados Unidos, llevada a cabo en adultos, sobre la historia de abuso
sexual, un 27% de las mujeres y un 16% de los hombres reconocían haber sido
víctimas de abusos sexuales en la infancia. La tasa de prevalencia (porcentaje de individuos) de abusos sexuales graves propiamente dichos, con
implicaciones clínicas para los menores afectados, es considerablemente menor
(en torno al 4%-8% de la población). Las
víctimas suelen ser más frecuentemente mujeres (58,9%) que hombres (40,1%) y situarse
en una franja de edad entre los 6 y 12 años, si bien con una mayor proximidad a
la pubertad. Hay un mayor número de niñas en el abuso intrafamiliar (incesto),
con una edad de inicio anterior (7-8 años), y un mayor número de niños en el
abuso extrafamiliar (pederastia), con una edad de inicio posterior (11-12
años).
3.- Indicadores en menores víctimas de abuso
En realidad, solo en el 50% de
los casos los niños revelan el abuso; únicamente el 15% se denuncia a las
autoridades; y tan solo el 5% se encuentran envueltos en procesos judiciales.
Al contar los menores con muchas limitaciones para denunciar los abusos
sexuales y no presentar habitualmente manifestaciones físicas inequívocas
(debido al tipo de conductas sexuales realizadas: caricias, masturbaciones,
etc.), habrá que saber atender a ciertos indicadores como son los físicos
(dolores en ciertas zonas, heridas, presencia de semen, ropa interior
ensangrentada, etc), comportamentales (pérdida de apetito, llanto frecuente,
miedo a estar solo, etc) y sexuales (rechazo a caricias, rechazo a besos,
conductas precoces, confusión en la orientación sexual, etc).
4.- Consecuencias en
las víctimas a Corto Plazo
5.- Consecuencias en las víctimas
a largo plazo