La depresión es un trastorno afectivo que puede perjudicar a un 3 o 5% de la población mundial. Se caracteriza por
incapacidad de disfrutar, pérdida o disminución de interés, ansiedad, variación
del humor, etc.
En el caso infantil, hay datos que son llamativos. Por
ejemplo, en EE.UU., un 70% de los niños que padecen depresión no están
correctamente diagnosticados. En España, la profesora de la Universidad de
Barcelona Edelmira Domenéch, informó en cierta ocasión que la Depresión Mayor
en niños puede darse según la siguiente relación:
- La presentarían un 1-1.2% de los niños menores de 3 a 6 años.
- En torno a un 2% de la población escolar.
- Un 4 o 4.5% de los adolescentes.
En el caso infantil, es más difícil de diagnosticar que en
el adulto porque no hay una completa formación del autoconcepto, pudiendo hacer
que los niños que padecen depresión se encuentren mal sin saber porqué. Por
ello, hay que estar pendiente al lenguaje no-verbal y a ciertas conductas que
nos pueden indicar que algo pasa:
- Baja atención
- Alteraciones del sueño
- Bajo rendimiento escolar
- Comportamiento agresivo
- Alta sensibilidad al fracaso
- Llanto fácil
- Pérdida de interés en el juego
¿En qué suele consistir el tratamiento? Se usan técnicas
cognitivas (es decir, se trabaja el pensamiento), se mejoran las habilidades
sociales, las de afrontamiento y las habilidades de resolución de problemas.
Además, el tramiento no se realiza aisladamente, sino que se involucra a
familiares y profesores.
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